Señal de la Cruz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de Contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío. Por ser Tú quien eres, Bondad infinita, y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberte ofendido. También me pesa porque puedes castigarme con las penas del infierno. Te ofrezco mis sufrimientos como expiación de mis pecados, propongo confesarme y cumplir la penitencia que me sea impuesta. Ayudado de tu gracia propongo firmemente no pecar más y evitar las ocasiones próximas de pecado. Amén.
Oración a San Judas Tadeo
¡Oh gloriosísimo Apóstol San Judas! Siervo fiel y amigo de Jesús. El nombre del traidor que entregó a tu querido Maestro en manos de sus enemigos ha sido la causa de que muchos te hayan olvidado, pero la Iglesia te honra e invoca universalmente como patrón de los casos difíciles y desesperados. Ruega por mí que soy tan miserable y haz uso, te ruego, de ese privilegio especial a tí concedido de socorrer visible y prontamente cuando casi se ha perdido toda esperanza. Ven en mi ayuda en esta gran necesidad, para que reciba los consuelos y socorro del cielo en todas mis necesidades, tribulaciones y sufrimientos, particularmente (haga aquí cada una de sus súplicas especiales), y para que bendiga a Dios contigo y con todos los escogidos por toda la eternidad.
Te prometo, glorioso San Judas, acordarme siempre de este gran favor y nunca dejaré de honrarte como a mi especial y poderoso protector y hacer todo lo que pueda para fomentar tu devoción. Amén.
Letanías de San Judas Tadeo
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Oh Dios, Padre celestial, ten piedad de nosotros.
Oh Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Oh Dios, Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
San Judas, pariente de Jesús y María (Ruega por nosotros).
San Judas, que viviendo en la tierra fuiste digno de ver a Jesús y María y de gozar de su compañía (Ruega por nosotros).
San Judas, elevado a la dignidad de Apóstol (Ruega por nosotros).
San Judas, que tuviste el honor de contemplar a tu Divino Maestro humillarse a lavar tus pies (Ruega por nosotros).
San Judas, que en la última cena recibiste la Sagrada Eucaristía de las manos de Jesús (Ruega por nosotros).
San Judas, que después del profundo dolor que te causó la muerte de tu querido Maestro, tuviste el consuelo de contemplarlo resucitado de entre los muertos y de asistir a su gloriosa Ascensión (Ruega por nosotros).
San Judas, que fuiste lleno del Espíritu Santo en el día de Pentecostés (Ruega por nosotros).
San Judas, que predicaste el Evangelio en Persia (Ruega por nosotros).
San Judas, que hiciste grandes milagros con el poder del Espíritu Santo (Ruega por nosotros).
San Judas, que volviste la salud de alma y cuerpo a un rey idólatra (Ruega por nosotros).
San Judas, que hiciste callar a los demonios y confundiste sus oráculos (Ruega por nosotros).
San Judas, que pronosticaste a un príncipe débil una paz honrosa con su poderoso enemigo (Ruega por nosotros).
San Judas, que quitaste de las serpientes mortíferas el poder de dañar al hombre (Ruega por nosotros).
San Judas, que despreciando las amenazas de los impíos predicaste valerosamente la doctrina de Cristo (Ruega por nosotros).
San Judas, que sufriste gloriosamente el martirio por amor a tu divino Maestro (Ruega por nosotros).
¡Oh Apóstol Bendito con confianza te invocamos!
¡Oh Apóstol Bendito con confianza te invocamos!
¡Oh Apóstol Bendito con confianza te invocamos!
¡Oh San Judas, esperanza del desesperado, ayúdame en mi aflicción!
¡Oh San Judas, esperanza del desesperado, ayúdame en mi aflicción!
¡Oh San Judas, esperanza del desesperado, ayúdame en mi aflicción!
Que por tu intercesión, así los sacerdotes como el pueblo fiel de la Iglesia reciban un celo ardiente por la Fe de Jesucristo. (Te rogamos, óyenos).
Que defiendas al Soberano Pontífice y alcances la paz y la unidad a la Iglesia Santa. (Te rogamos, óyenos).
Que los paganos e incrédulos se conviertan a la verdadera fe. (Te rogamos, óyenos).
Que la fe, la esperanza y la caridad aumenten en nuestros corazones. (Te rogamos, óyenos).
Que nos veamos libres de todos los malos pensamientos y de todas las acechanzas del demonio. (Te rogamos, óyenos).
Que nos guardes de todo pecado y de toda ocasión de pecar. (Te rogamos, óyenos).
Que nos defiendas en la hora de la muerte contra la furia del demonio y de sus malvados espíritus. (Te rogamos, óyenos).
Ruega por nosotros, para que antes de la muerte expiemos todos nuestros pecados con sincero arrepentimiento y la recepción digna de los Santos Sacramentos.
Ruega por nosotros para que alcancemos un juicio favorable.
Ruega por nosotros para que seamos admitidos en la compañía de los bienaventurados para gozar de la presencia de Dios eternamente.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. Perdónanos Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. Óyenos, Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. Ten piedad de nosotros.
Ruega por nosotros, San Judas Tadeo.
Para que seamos dignos de las promesas de Jesucristo.
Oración a Dios
Oh Dios, que nos concediste la gracia de que lleguemos a conocer tu santo nombre, mediante la predicación de tu Apóstol San Judas Tadeo, concédenos también que adelantemos en la virtud. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Novena
- Novena Día 1 – Vocación de San Judas
- Novena Día 2 – Amor de San Judas Tadeo
- Novena Día 3 – Celo de San Judas Tadeo
- Novena Día 4 – Fe en San Judas Tadeo
- Novena Día 5 – Fortaleza de San Judas Tadeo
- Novena Día 6 – Humildad de San Judas Tadeo
- Novena Día 7 – Mansedumbre de San Judas Tadeo
- Novena Día 8 – Sabiduría de San Judas Tadeo
- Novena Día 9 – Poder de San Judas Tadeo
Novena Día 1
Vocación de San Judas Tadeo
El que me sigue, no anda en tinieblas, dice el Señor. Estas palabras son de Cristo, con las cuales nos exhorta a que imitemos su vida y costumbres, si queremos ser librados de la ceguera del corazón y alumbrados verdaderamente. (Imitación de Cristo, Capítulo I).
Qué tan pronta y generosamente siguió San Judas e imitó a Jesucristo, puede deducirse de su vida enteramente consagrada al servicio de Jesús, especialmente desde que fue llamado a ser uno de sus doce Apóstoles. Fue siempre fiel a Cristo, del cual era pariente y uno de sus más celosos apóstoles, predicando el reino de Dios y enseñando con toda libertad, sin que nadie se lo prohibiese, lo tocante a Nuestro Señor Jesucristo. (Hechos, Capítulos XXVII, 31).
También tú, oh cristiano, tienes una vocación aquí en la tierra, aunque no sea de predicador del Evangelio y de extender el reino de Dios como el sacerdote, el misionero y la religiosa en lejanas misiones; pero sí que eres llamado a ser buen cristiano, a dar buen ejemplo al prójimo con tu paciencia, humildad, obediencia y todas las demás virtudes cristianas.
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Novena Día 2
Amor de San Judas Tadeo
Bienaventurado el que conoce lo que es amar a Jesús y despreciarse a sí mismo por Jesús. Conviene dejar un amor por otro amor, porque Jesús quiere ser amado, El sólo sobre todas las cosas. El amor de la criatura es falaz y mudable; el amor de Jesús es fiel y constante. “Ama y ten por amigo a Aquel que, aunque todos te desamparen, no te desamparará, ni te dejará perecer en el fin” (Kempis, Lib. II, Cap. VII). Grande fue el amor de San Judas a Jesús, y quería que todo el mundo le amase como le dio a entender después de la última cena al decirles Nuestro Señor (Evangelio de San Juan, Cap. XIV, 21) “El que me ame, será amado de mi Padre; y yo le amaré, y yo mismo me manifestaré en él”. Dice Judas, no el Iscariote, sino nuestro Santo: “Señor, ¿qué causa hay para que te hayas manifestado claramente a nosotros, y no al mundo?”. Jesús le respondió así: “Cualquiera que me ama observará mi doctrina, y mi Padre le amará, y vendremos a él y haremos mansión dentro de él”. Este amor grande de San Judas a Jesús lo manifiesta en su carta al decirnos: “Manténganse constantes en el amor de Dios, esperando la misericordia de Nuestro Señor Jesucristo para alcanzar la vida eterna”.
Pidámosle que nuestro corazón esté siempre inflamado del amor a Jesús.
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Novena Día 3
Celo de San Judas Tadeo
El verdadero celo es la más clara muestra y como resultado natural del amor a Jesucristo. Pues nada desea Jesús como la gloria de su Padre y la salvación de las almas. San Judas manifestó su amor a Jesús y su gran celo por la salvación de las almas, no sólo con la predicación del Evangelio hasta las más distantes naciones en donde por amor a Jesucristo dio su sangre y su vida, padeciendo glorioso martirio en Persia; sino que quiso dejarnos un recuerdo eterno al decirnos en su carta (17): “Ustedes, sin embargo, queridos míos, acuérdense de las palabras que les fueron antes dichas por los apóstoles de Nuestro Señor Jesucristo, las cuales les decían que en los últimos tiempos han de venir unos impíos, que seguirán sus pasiones llenas de impiedad. Estos son los que separan a sí mismos de la grey de Jesucristo, hombres sensuales, que no tienen el espíritu de Dios”.
¿Imitamos a San Judas en el celo por la gloria de Dios y la salvación de nuestro prójimo con las palabras y el ejemplo de su vida consagrada al servicio de Jesús?